Acabo de escuchar el programa de mi sobrina y las palabras de Prudencio me han sentado como un bálsamo. Ha sido una sensación muy extraña, como si esa sensación de malestar permanente que experimento, incluso cuando no tengo dolores, desapareciera por arte de magia. La verdad es que ese milagro ha durado menos de una hora, pero ahora entiendo la importancia que Prudencio le ha asignado a la palabra.
Para Prudencio, la salud no es simplemente la ausencia de enfermedad. Así lo demuestran las enfermedades psicosomáticas, aquellas que no tienen una causa médica identificable, pero cuyos síntomas son reales y se sienten como los de una enfermedad con base médica.
El eje central para vivir una vida saludable es la capacidad de controlar los niveles de estrés. Lograrlo dependerá de cómo dialoguemos con nosotros mismos sobre lo que acontece en nuestras vidas. El miedo a que no se cumplan nuestras expectativas o a que se materialicen nuestros temores condiciona nuestro nivel de estrés.
Para regular estos niveles de estrés, nuestra mente juega un papel fundamental. Me ha desconcertado cuando Prudencio ha afirmado que nuestra mente tiene dos funciones esenciales: una, el control y la sanación de nuestros órganos, y otra, la inhibición de contracciones musculares y la supresión de sensaciones.
El fallo de esta segunda función es el responsable de las enfermedades psicosomáticas. Por lo tanto, según lo que he entendido, si los médicos no encuentran la causa de mis dolencias y dolores, quizás mi mecanismo de inhibición de contracciones musculares y supresión de sensaciones no esté funcionando correctamente.
Cada pensamiento, cada experiencia y cada acción generan cambios en nuestra mente. A este fenómeno se le conoce como plasticidad. Nos acostumbramos a actuar de cierta manera, pero también somos capaces de cambiar.
Sin embargo, no lo hacemos de inmediato solo por recibir un consejo o por darnos cuenta de que un nuevo comportamiento sería más beneficioso. Es importante poder ceder a las influencias, adaptarnos y cambiar, pero tampoco es saludable hacerlo de manera impulsiva o precipitada.
Por lo tanto, necesitamos que nuestra mente sea plástica, pero en su justa medida. Una mente demasiado susceptible a las modificaciones provocadas por las sensaciones internas de un órgano puede acabar viéndose excesivamente condicionada por ellas.
Todos nuestros órganos están en constante movimiento y envían señales a nuestra mente, pero esta tiene la capacidad de modularlas mediante la inhibición de ciertas señales.
Al parecer, debemos ser muy cuidadosos con lo que pensamos. Si la capacidad de inhibición falla o si el cerebro es excesivamente plástico, se crean las condiciones para el desarrollo de enfermedades psicosomáticas.
En estos casos, la persona se vuelve tan sensible a sus propias sensaciones internas y su mente es tan influenciable por ellas que acaba sintiéndose dominada por percepciones sin una causa médica real.
Para tratar estas enfermedades, es necesario restablecer el equilibrio entre la excitación y la inhibición de las señales que llegan a nuestra mente. Si el cerebro es excesivamente plástico, los movimientos normales del estómago pueden provocar una respuesta exagerada, alterando la digestión y causando síntomas como diarrea, dispepsia, flatulencias y molestias.
En este sentido, la plasticidad puede ser tanto beneficiosa como perjudicial: puede originar enfermedades, pero también puede ayudarnos a recuperarnos de ellas. El reto es aprender a modular nuestros pensamientos para que los cambios derivados de la plasticidad sean positivos para nuestra salud.
El programa de mi sobrina me ha sorprendido. Jamás habría imaginado la enorme influencia que tienen en nuestra salud la manera en que pensamos, hablamos y nos relacionamos con los demás. Estoy expectante por descubrir qué puedo hacer para que mis mecanismos de inhibición funcionen correctamente y, finalmente, pueda liberarme de mis dolencias y dolores.
Para lograrlo, debo aprender a controlar el estrés. Digo «controlar» y no «suprimir», porque el estrés en sí mismo no es malo. Prudencio ha anunciado que la próxima semana hablará del estrés y de los mecanismos que lo desencadenan.